miércoles, 18 de agosto de 2010

UN PATRONO MÁRTIR


Según cuenta la tradición San Cristóbal o Relicto el cual fuere su verdadero nombre, era el hijo de un rey cananeo. Se presume que nació en Sidón o Tiro en la primera mitad del siglo III D.C. y su muerte se produjo entre el año 249y el 251 D.C. durante la persecución de Decio.
Durante su juventud se puso al servicio de un emperador romano llamado Gordiano. Sin embargo él siempre buscó ponerse a la merced del rey más grande de la tierra.
Su conversión se produjo en la región de Licia donde gracias a su formidable tamaño y fuerza, empezó a transportar viajeros para que cruzasen el rio de un lado a otro, hasta que un día vio un niño en la orilla, al que le preguntó qué quería, el niño le respondió “que le pasase a la otra orilla”. Al cogerlo al hombro sintió un gran peso, éste le pregunto el por qué de su gran peso siendo tan solo un niño; Este le respondió que pesaba más que el mundo entero, pues era el Creador del mundo. "Yo soy Cristo. Me buscabas y me has encontrado, desde ahora te llamarás Cristóbal, y ten presente que a cualquiera que ayudes me ayudarás a mí".
Desde entonces se llamó Cristóbal, que significa portador de Cristo, además el niño le prometió que el báculo que portaba en la mano florecería y se llenaría de frutos, lo cual sucedió tal y como aquel niño le había dicho.
Tras este episodio Cristóbal fue bautizado por el Patriarca Babilas en su basílica de Antioquía. Sin embargo, tiempo después salió un edicto del emperador Decio obligando a hacer sacrificios a los dioses paganos y persiguiendo a los cristianos que se negasen a ello.
Dagón, gobernador de Licia, puso en ejecución el decreto y entre otros muchos, San Cristóbal fue detenido e interrogado, pero como se negó a adorar a un Dios pagano fue sometido a multitud de tormentos, como la flagelación con varillas de hierro, imposición de un casco de hierro al rojo vivo sobre la cabeza, lo pusieron vivo sobre una parrilla la cual no quemó su cuerpo y como último recurso fue asaetado sin resultado; por lo que luego le cortaron la cabeza, no sin antes haber obrado el milagro donde el propio gobernador se convertiría al cristianismo.
San Cristóbal es un Santo muy popular, y poetas modernos, como García Lorca y Antonio Machado, lo han cantado con inspiradas estrofas. Su efigie, siempre colosal y gigantesca, decora muchísimas catedrales, como la de Toledo en España. Él sin duda inspira protección y confianza, razón por la que desde tiempos antiguos se convirtió en el patrón de los caminantes y automovilistas. Sus admiradores, para simbolizar su fortaleza, su amor a Cristo y la excelencia de sus virtudes, le representan de gran corpulencia, con Jesús sobre los hombros y con un árbol lleno de hojas por báculo, tal como está presente en el templo parroquial al centro de la ciudad de Ilopango, donde sus fiestas patronales se celebrán del 1° al 15 de noviembre

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